Todos tenemos la oportunidad de comunicarnos, pero ¿qué tan dispuestos estamos a hacerlo bien?
El reto de comunicar asertivamente nos abrumó una vez entramos en esta pausa llamada COVID-19. Y digo, nos abrumó, porque no entendíamos la comunicación a distancia, más allá de las redes sociales y una que otra llamada por FaceTime.
La pausa nos llevó a darnos cuenta de nuestra relación con lo que pensamos, decimos, escribimos, contamos, escuchamos y analizamos. Un stop perfecto para volver a la base de la comunicación, aquella donde escuchar al otro es el componente principal.
Hace poco leí a un psiquiatra español que se planteaba una pregunta maravillosa cada vez que se enfrentaba a un caso complejo de comunicación con alguno de sus pacientes. A ellos, solía dirigirles el siguiente interrogante: “si somos como hablamos, qué tipo de personas somos” Y es un ejercicio que aplico a diario desde los medios de comunicación donde me desempeño y en cada una de las posibilidades que se me presentan de compartir conocimiento.
Ahora, intenta tú, que lees esta columna, responder a esa pregunta y piensa también, qué tan cercano estás a la meta de aprender a escuchar al otro. Comunicar una idea, un sentimiento, vender así mismo un proyecto, solucionar un problema, informar dentro y fuera de casa. Los escenarios son tan posibles como cada una de las cosas que hacemos a diario, dependerá de cada uno de nosotros pensar de qué manera lo estamos haciendo, qué tan fluidos somos hacia los demás, qué tan comprometidos estamos a cambiar nuestras interacciones y hasta dónde planeamos llegar para seguir construyendo desde la comunicación.
Recuerda que hay conversaciones que suelen cambiar nuestra vida para siempre. Nos jugamos cada uno de nuestros días, en esos diálogos que bien o decidimos abordar y enfrentar, o que al contrario, preferimos evadir.
Démosle valor a la franca comunicación, permitamos ver al otro, prendamos nuestras cámaras en aquellas reuniones virtuales que se intensificaron con la pandemia y busquemos la mejor manera de seguir contando nuestra propia historia.
¡TÚ COMUNICAS!